Noelia miró a Elena con los ojos muy abiertos, sorprendida, mientras los ronquidos de su amiga alcanzaban un volumen que posiblemente llegaban hasta la habitación de al lado.
—Ey, Elena —pidió Noelia inclinándose hacia la cama de al lado para mover a su amiga con una mano.
—¿Qué? ¿Qué? —farfulló la otra chica levantando un poco la cabeza sin abrir completamente los ojos—. ¿Qué ocurre?
—No puedo dormir, Elena —dijo mirándola significativamente.
Elena intentó enfocarla mejor.
—Inténtalo, ¿vale?
Se dio la vuelta, quedándose dormida a la sorprendente brevedad de cinco segundos y ocho en empezar una vez más con su lírico repertorio de ronquidos y Noelia se echó hacia atrás, sentándose en su propia cama, desesperada.
¿Qué decide hacer Noelia?
1-Se queda en la habitación e improvisa unos tapones para los oídos.
2- Ya no soporta más el concierto y desesperada se va de la habitación.
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